Ayer fui testigo de un espectáculo, y no me refiero
a la primera parte de la selección española contra Uruguay.
Una de las filosofías de AirBilbao es su formación
muy exhaustiva en el vuelo visual. Un curso desde donde se construimos el resto
de conocimiento que vamos adquiriendo en nuestro camino como pilotos. En un
principio te puede parecer aburrido volar a 120 o 150 kias y sin botoncicos que
trastear como en los aviones grandes, pero desde que empieza el curso y te
pones a los mandos de una Cessna o una Buulldog, y empiezas a aplicar los
fundamentos básicos del vuelo, te cambia esa perspectiva. Ya desde la creación
del plan de vuelo operacional (OFP) empiezas a disfrutar. Voalr a mano,
mantener altitud, actitud, rumbo y velocidad sin nada más que tus manos, tus
ojos, tu plan de vuelo y tu cronómetro para saber donde estás.
Ayer tuvimos la oportunidad de poner en práctica
todos eso conocimientos, tanto los recién titulados en PPL VFR como los pilotos
instrumentales que hacía tiempo que no practicábamos un vuelo en visual.
El vuelo propuesto por el staff y por operaciones
fue desde la Seu d´Urgell (LESU) a Santa Cilia (LECI). Durante la semana fuimos
cruzando correos para crear el plan de vuelo, donde concluimos que la ruta
óptima era la propuesta por Antonio Jiménez (ABB143). Un vuelo de unos 40
minutos aproximadamente que nos llevaba de charco
en charco, es decir, de embalse a embalse para que los puntos de referencia
por estas latitudes fueran fácilmente reconocibles.
A las 10:00 LT quedamos en la cafetería del
aeródromo de la Seo d´Urgell, que la verdad había quedad de maravilla tras el
remozado que le hizo la Generalitat.
Cuando ya vimos que estábamos todos, nos dirigimos
a plataforma donde cada uno entró en la cabina del avión que había reservado.
EL jefe con su querida Pipper, algunos íbamos con la Baron y otros con la
Cessna, y Luis Axpe (ABB145) nos regaló con su presencia y la de su preciosa
Bell con una impresionante exhibición del manejo de un helicóptero.
“ABB160
alineado y listo despegue por 21 de LESU”
Before check list, punto de flaps, y gas a tope.
Apuré al máximo la carrera de despegue para poder ver a mis compañeros en
cabecera esperando mi salida.
Una vez en el aire, pongo rumbo al punto Sierra (S)
de LESU sobre la cantera que hay cerca. Un impresionante ascenso a 4.500´ entre
montañas, mientras los compañeros de delante comunican que están sobre el
embalse de Oliana virandorumbo 280º hacia el embalse de Talarn subiendo a
6.500´. Esta altitud nos daría una altura de seguridad sobre el terreno lo
suficiente baja para que podamos disfrutar del increíble paisaje junto a los
Pirineos. Entre el poco viento y el óxido en el manejo de la Baron, tuve
bastante trabajo para mantener el avión recto y nivelado a la velocidad
planificada, aunque a veces nos desviábamos embelesados con las vistas.
Desde nuestra salida llevábamos una separación de
unas 8nm entre avión, pero eso no evito que las Cessnas que salieron primero no
fuesen alcanzadas por las Baron que veníamos detrás, tal y como le pasó a
Fernando Reija (ABB154) que fue adelantado primero por Antonio sobre el embalse
de Mediano, y luego un poco después por mi sobre Sabiñanigo. Sobre el embalse
de Mediano, Luis disfruto de un vuelo bajo rio arriba aprovechándose de las
posibilidades que le ofrecía el paisaje, el Bell y una cabina casi totalmente
acristalada.
Poco antes de llegar sobre Sabiñanigo, el primer
compañero tomaba sobre la 27 de LECI, para poco después llegar Antonio Jiménez,
notificando pista libre estando yo el larga final, algo que me vino muy bien
para evitar frustrar.
Estando en corta final , Fernando notifica sobre el
punto Echo de LECI, por lo que decido que, debido a las circunstancias
favorables de visibilidad sobre el valle donde se aloja el aeródromo, realizar
una aproximación directa a la pista 27. Pongo el avión en mínimos, ya que la
pista no es que sea muy larga. Entro a unos 50´sobre la cabecera, esto hace que
tenga que aplicar frenos a tope después de la toma. Ya verás la bronca que me
echa el de mantenimiento.
Llega Jose Luis (ABB192) con una toma que más que
una toma fue un beso al suelo, y tras él, el jefe con la Pipper. Yo creo que
también tuvo que aplicar frenos a tope. Y por último Carmelo Bernaola (ABB210),
que se vio en la situación de decidir frustrar como hacen los buenos pilotos.
En resumen. Un vuelo en grupo impresionante. El paisaje,
los aeródromos, los compañeros, el pilotaje de aviones que hace tiempo que no tocábamos.
Todo fue una pasada.
Recomiendo encarecidamente a todos los compañeros
de AirBilbao que participen en vuelos de este tipo, por que se disfruta
enormemente.