jueves, 29 de marzo de 2012

Curso IFR en la escuela de AirBilbao

Para mi, la entrada de hoy es muy especial.

Se trata del relato de un compañero de vuelos, en su experiencia con el curso de piloto instrumental (IFR) que recientemente ha superado con gran éxito y gran satisfacción.

Es un curso duro, donde el salto en conocimientos de navegación, procedimientos  y en manejo del avión es enorme. 

Creo que transmite muy bien lo que para nosotros, los que hemos realizado el curso y pasado por las manos de sus instructores, significa la superación de este gran paso y la compañía a la que nos honramos de pertenecer.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo.




"Aunque había entrado en Air Bilbao el 2 de noviembre de 2010 y finalizado el curso VFR el 6 de marzo de 2011, no me había decidido a realizar el siguiente, el de IFR, ya que lo consideraba tremendamente complicado, puesto que a pesar de llevar más de 500 horas en IVAO pilotando aviones como el ATR, el 767 y el 747 entre otros, la realidad es que volaba de la forma más automatizada, que es programando la FMC y una vez en el aire conectar el piloto automático y dejar que el avión volara sólo, hasta casi llegar a la pista.


Esa forma de volar, me obligaba en algunas ocasiones a tener que abortar, cuando por el OJO veía que de pronto aparecía algún ATC, motivado porque cualquier cambio que me hiciera, no hubiera sabido realizarlo correctamente y también me costaba colacionar. Por dicho motivo, cuando tenía que hacer un vuelo, lo primero era mirar que no hubiera controlador en el aeropuerto de salida ni en el de llegada, además de hacerlo a primera hora de la mañana de los sábados y domingos, cuando había poca actividad.


Llegó un momento en que me dije que ya tocaba al menos intentar dar el paso siguiente para ser Piloto Instrumental de Air Bilbao, por lo que finalicé los 20 vuelos exigidos en VFR y me apunté a la convocatoria.

Por eso todavía tengo presente con gran ilusión y nerviosismo por no estar a la altura, la fecha del 9 de enero de 2012, día en que se inició el curso IFR junto a Antonio Jiménez, José Antonio Martín y Rubén Muñoz. El instructor que se encargaría de nuestra formación fue David Madroño.

Ese día ya empezaron los envíos entre nosotros de correos con temarios, preguntas, respuestas, dudas, etc.

Recuerdo que para enviar las respuestas a lo que se nos pedía, tardaba horas y horas. Mirando por el temario,  rebuscando por internet, etc. En ocasiones tardaba más de 6 horas en poder contestar a un cuestionario.

La verdad, mentiría si dijera que ha sido fácil. En realidad para mí ha sido duro, muy duro, y en un par de ocasiones pensé en tirar la toalla por mi torpeza, pero con ayuda seguí adelante.
Las prácticas de los domingos por la noche generaban en mí grandes dosis de nerviosismo, llegando a estar literalmente “pegado” al yoke, y en tensión. Pero poco a poco, aquello que se me iba resistiendo fue cediendo paulatinamente, y lo que al principio, cualquier cosa nueva  era una montaña, iba pasando a ser una colina y luego algo más llano.
Así, poco a poco aprendí a Interceptar radiales, volar QDM y QDR, volar arcos DME, hacer circlings, realizar esperas publicadas y no publicadas… uffff las esperas, sobre todo las no publicadas, las horas y horas que he hecho de prácticas para poder hacerlas medianamente bien.
Cuando David vio que ya estábamos lo suficientemente preparados, nos convocó para la prueba final y el domingo 25 de marzo llegó la hora de la verdad: el examen. No voy a negar que al inicio estaba muy nervioso, es más, se me debió notar… y mucho, pero una vez en el aire ya me tranquilicé e hice el recorrido entre el aeropuerto de origen y el de destino, según el FP, el cual no puedo desvelar al tratarse de un examen.
Y como todo esfuerzo tiene su recompensa, conseguí aprobar y ahora aún me queda mucho por aprender y muchas prácticas que realizar para ir puliendo detalles.


Desde aquí quiero dar las gracias principalmente a David Madroño por su paciencia y dedicación, que a pesar de que actualmente tiene poco tiempo libre, se lo quita de poder volar y domingo tras domingo estaba allí, con nosotros haciéndonos sudar la gota gorda. Es muy exigente, es cierto, pero de esa forma es como se aprende de verdad.

También las doy a Angel Balanyà, que cada semana también estaba presente para valorar nuestras maniobras y hacernos las correcciones al finalizar las sesiones del domingo, y a todos los demás instructores,  que el día del examen nos estaban apoyando, así como a como a Rafa Fonseca, son sus limas del número 4 que por suerte no tuvo que utilizar demasiado.

Otra mención especial para mi compañero de fatigas Antonio Jiménez, con el que hemos realizado casi a diario prácticas, quedando a las 8:30 de la mañana, hasta aproximadamente las 11:30 horas. La verdad es que aprendíamos mutuamente y lo que no se le ocurría a uno se le ocurría al otro. Esas prácticas nos hacían rectificar lo que habíamos hecho mal en la sesión del domingo. También destaco su apoyo cuando estaba bajo de moral.

Y como no, un recuerdo también para otros dos compañeros del curso: Rubén, el primer piloto de Vueling que ha realizado con éxito el examen IFR y José Antonio Martín, que por motivos técnicos nos tuvo que abandonar al poco de iniciarse el curso.


Más miembros de Air Bilbao han estado allí apoyándonos y dando sus consejos, pero ya he perdido la cuenta y si empiezo a nombrar alguno, me dejaría a otros en el tintero, con lo que simplemente un gracias a Air Bilbao por haber conseguido que ahora ya sepa volar un poquito mejor. Gracias porque ahora cuando vea un ATC no me desconectaré, sino que podré hacerlo bien, e incluso si veo alguna orden que no sea coherente podré darle mi opinión como piloto.

Espero que estas líneas sirvan para los futuros alumnos, tanto de VFR como de IFR, con mi consejo de que pregunten todo lo que no entiendan, que practiquen una y otra vez, que de los errores se aprende, y que sepan que si los instructores son tremendamente exigentes, es porque quieren que los pilotos de Air Bilbao sean la élite de IVAO. Y que sepan que si yo he conseguido aprobar, cualquiera puede hacerlo.

Realmente un curso así no tiene precio."


ABB126-Leandre Avellaneda
Piloto Instrumental